martes, 26 de julio de 2011

Pseudo-Guiso (no apto para puristas)

Por una de esas gratas coincidencias de la vida, encontré en mi morada un whisky el cual no lo había acabado aún. Como las probabilidades de que eso ocurra son casi nulas, decidí festejarlo rompiendo una de mis reglas de oro: “No cocinarás para ti sólo” (If you’re going to die, take someone down with you).

Así que se me ocurrió que quería experimentar con algo tradicional (y barato), pero con el toque de mi amigo personal Juancito “El Caminante”. Así empezó la destrucción de este plato tan querido.

Ingredientes
- Whisky (Aunque particularmente creo que quedaría mejor con caña o con un buen Bourbon)
- Aceite de oliva
- Un buen corte de paleta (sin hueso)
- Cebollas
- Ajo
- Morrones
- Arroz
- Zanahoria
- Tomates (o sólo puré de tomate)
- Cebollita de verdeo
- Papas (Opcionales. Como todo)
- Caldo de lo que se te antoje
- Laurel
- Sal y pimienta

Preparación
Para empezar debemos cerciorarnos que el whisky esté en buen estado. Unas 6 o 9 rayas les darán una idea de su calidad y otorgarán el coraje necesario para atentar contra el alma de este tradicional plato. 

Los vegetales los pueden picar como mejor les plazca. En brunoise, emincé, de coté, cucharé... No importa. Hay gente que prefiere ver las verduras que comerá y otras que simplemente detestan eso. Eso sí, la zanahoria -en mi caso- la prefiero rallada. La carne pueden cortarla en cubitos, tiras o pentagramas si son muy ñañas y trüs.

Se calienta bien una sartén y se agregan gradualmente las cebollas, morrones, ajo y tallos de verdeo, salpimentando para que suden bien. Una vez que todo esté transparente, se incluye la carne y se remueven los pedazos hasta que queden bien sellados.

Luego es hora del arroz. No se olviden que por cada manija de arroz se recomiendan dos de agua. Pero aún ni llegamos a ese punto. En fin... Una vez que todo esté integrado es el turno de nuestra estrella; el whisky. No sean tacaños pero tampoco abusivos, eh? Deléitense un rato con el aroma de la evaporación alcohólica.

Junto con los tomates y/o puré de tomates se tiran los cubitos de papa. No los corten muy grandes, ya que deben salir al dente junto al arroz. Revolvemos un poco, agregamos el laurel y la cantidad necesaria de agua (caldo) antes mencionada. Tapamos la olla hasta que rompa en hervor, destapamos y dejamos que reduzca hasta que todo esté en su punto. Entre raya y raya de whisky, vamos rectificando la sal, pimienta y agua si es necesario. Fácil, no? Ah, lo que sobra del verdeo me lo tiran encima del plato para la decoración (Nótese el pésimo trabajo que logré yo. Gracias Johnnie). Salud.



PD: Este plato va dedicado a mi amigo Chachy, dueño de la Carnicería "Don Jamón" que se encuentra en Barrio Obrero. Es un maldito bastardo, pero tiene cortes de carne geniales, jaj. Salud hermano!

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